Pensé que me caía el rol de Helena,
Pero el destino me vistió de Aquiles.
¡Cómo me hirió la flecha de Paris!
¡Qué puntería tan certera!
Paris, Paris,
Quién diría que mi peso
Se apoyaba sobre un talón tan débil,
Cuando por lo demás me sentía indestructible.
¡Tu envenenada saeta dio justo en el blanco!
¿Llegará Afrodita, a tiempo con el antídoto?
¿Tendrá mi Corazón la fuerza
Para expulsar la ponzoña?
Un proyectil embadurnado
De dudas y elucubraciones;
¡El Amor y la Verdad serán mis medicinas!
Paris, Paris,
¿Será tu ciudad el escenario
Del fin de mi carrera?
¿Seré Aquiles desplomado,
Con el tobillo perforado,
En su melancólico empedrado?
Briseida traerá la Verdad.
Completará las brechas en su relato,
Que con tanto pesar
La carne de Aquiles han llagado.
Paris, Paris,
Tu celosa ciudad,
Su guía,
Quiso que Ella fuese Helena…
¡Pero será mi Briseida!